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sábado, 25 de julio de 2015

EL Alfarero y el Barro. Jeremías 18

Jehová Dios al igual que su hijo Jesucristo es todo un maestro es muy didáctico su interés es que nosotros podamos aprender de una manera muy fácil.
Si Jesucristo nos facilita el aprendizaje a través de los recursos que el utiliza no tenemos pretexto para decir que pecamos porque no entendíamos.
Jehová quería darle un mensaje a Jeremías pero para estar seguro que le entendería lo llevo a la casa del alfarero para en ese lugar poder explicarle lo que tenía que decirle. V 1-2 “Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras.
Nosotros también deberíamos luchar por llegar a ser unos magníficos maestros de esta forma todos podrían entendernos cuando oles estamos hablando.
La mejor forma que tenemos para hacer que otras personas hagan lo que queremos no es el mandar o el obligar la mejor forma es enseñar  de manera didáctica o con ejemplos.
Los padres estamos llamados a ser maestros. Solo de esta forma podremos formar la vida de nuestros hijos. Para ser un buen maestro se necesita: paciencia, tolerancia, imaginación y amor.
Que quiere enseñarnos Jehová llevando a Jeremías al taller del alfarero.
1. Jehová es como el alfarero. Es el quien nos da forma. V 6 a ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová.” solo Jesucristo cambia nuestra manera de vivir.
2. Nosotros somos como el barro. V 6 b “He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel.
Cuando nosotros llegamos a la casa del alfarero es decir cuando tomamos la decisión de recibir a Jesucristo en nuestro corazón llegamos como una vasija rota y el gran alfarero nos hace de nuevo. V 4 “Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla.” solo Jesucristo puede restaurarnos de tal manera que somos nuevas criaturas. 2 Corintios 5: 17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Que debemos entender de esta ilustración.
1. Que es Jehová quien nos da la forma que él quiere. Job 10: 9 “Acuérdate que como a barro me diste forma; ¿Y en polvo me has de volver?
2. No podemos contender con nuestro hacedor. Isaías 29: 16 “Vuestra perversidad ciertamente será reputada como el barro del alfarero. ¿Acaso la obra dirá de su hacedor: No me hizo? ¿Dirá la vasija de aquel que la ha formado: No entendió?” pablo también nos recuerda que Jesucristo es nuestro alfarero y nosotros tan solo barro. Romanos 9: 20 “Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?
3. Dios es libre de hacer con nosotros lo que él quiera. Isaías 45: 9 ¡Ay del que pleitea con su Hacedor! ¡El tiesto con los tiestos de la tierra! ¿Dirá el barro al que lo labra: ¿Qué haces? o tu obra: No tiene manos?
4. Debemos entender que somos obra de Dios. Isaías 64: 8 “Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros.
Hablar en teoría de como el barro es transformado en un bello jarrón es fácil. Pero si nosotros somos eses barro debemos tener muy claro como es ese proceso.
1. El Barro es amasado y hasta pisoteado para ser manejable. Y eso es lo doloroso para nosotros.
2. Después de darle forma y quitarle todos los residuos es metido al horno.
3. Tiene que ser lijado para poder ser pintado y así al final convertirse en una vasija útil y hermosa.
El que Jehová sea nuestro alfarero significa que para poder llegar a ser vasijas perfectas y útiles es necesario estar dispuestos a pasar por todos esos procesos que para nosotros son las pruebas y sufrimientos que tenemos que soportar en esta rueda de la vida.

 Pero lo más importante es que no importa por cuantas pruebas tengamos que pasar Jesucristo siempre estará con nosotros para ayudarnos. Isaías 43: 2 “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.